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¿Por qué mi hijo de 13 años tiene ojeras?: Insomnio tecnológico


Es hora de dormir, el cuerpo pide descanse a gritos. Alex de 14 años ya está en su cama pero antes de dejar descansar el cuerpo decide ver el último video de Snapchat y contestar un Whatsapp. Todo un coctel de estímulos para el cerebro.

 

Esta rutina nocturna de Alex es similar a la de muchos niños y adolescentes alrededor del mundo. De hecho, corresponde al cambio de hábitos dentro del ambiente familiar en el cual, los dispositivos electrónicos han tomado el lugar de las conversaciones o la lectura de algún libro.


Según un artículo publicado llamado El diario divisa, algunos estudios han comprobado que la luz artificial de estos dispositivos, “técnicamente llamados pantallas con luz retroalimentada alteran la producción de melatonina, que es la hormona que ayuda a regular nuestros ritmos cardiacos (nuestro reloj interno) y a conciliar el sueño.


Este retraso en la producción de melatonina en los adolescentes es muy importante y puede tener consecuencias serias para el resto de tu vida, con problemas de insomnio severos”. El segundo problema es que estos dispositivos activan nuestras neuronas y, por consiguiente, a nosotros por lo que resulta casi imposible dormirse.


Recomendación AFM:


Evita el uso de pantallas entre una y dos horas antes de dormir. Aunque no es fácil desengancharse valdrá la pena para la salud, la serenidad y el rendimiento escolar y laboral de todos los miembros de la familia.


Toma en cuenta:


Reforzar este hábito en el ambiente familiar es camino para vivir la virtud del orden en otros terrenos: el aprovechamiento del tiempo –hacer lo que se debe cuando se debe-, el cuidado de las cosas –tener un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar-.

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