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ANTE LOS MEDIOS Y LA TECNOLOGÍA:¡ENSEÑAR A PENSAR!



¿Qué queremos dejarles a nuestros hijos? ¡Todo!... No, no… Si tuviésemos que elegir ¿Qué sería?

 

Estas preguntas pueden venir a nuestra cabeza de manera recurrente. Lo cierto es que, si cada quien eligiese tres cosas, las listas serían tan variadas como personas hay en el mundo.


Conviene por ellos que no pongamos de acuerdo en un par de ideas: la primera, es que la herencia para nuestros hijos debe consistir principalmente en valores inmateriales, cosas que, como dice más de un anuncio, el dinero no pueda comprar. La segunda, es procurar que los nuestros lleguen a ser persona auténticamente libres. Esto cobra vital importancia en la nueva era Digital, nuestros hijos deben saber qué pensar y cómo actuar ante las pantallas y lo que éstas proponen.


Para lograr este cometido es requisito indispensable enseñarles a pensar. La educación de la inteligencia es sumamente extensa, sin embargo, en resumen abarca lo siguiente: saber lo que se quiere y cómo conseguirlo.


Como padres y educadores existen algunas estrategias que podemos seguir para enseñar a nuestros hijos a pensar. El cerebro es un músculo y, por lo tanto, es necesario empezar a ejercitarlo en casa.


Reforzar la independencia:

1) Transforma la exigencia en autoexigencia: “Puedes llegar a donde quieras”.

2) Invítalos a resolver las cosas por su cuenta: diferencias con algún amigo, una conversación pendiente con la maestra, elegir la película que verán en familia, etc.


Motivarles a sentirse seguros:

1) Valorar el esfuerzo más que los resultados. Por ejemplo, al platicar sobre las calificaciones.

2) Valora los juicios y razonamientos de tus hijos. Toma en cuenta sus opiniones y sugerencias. Pregúntales qué les parece la serie que están viendo o cómo podría hacer resuelto mejor la situación el protagonista de la película, etc.

3) Motívales a terminar lo que inician: clases de baile, la práctica de algún instrumento, un dibujo, entre otros.


Hazlos participativos:

1) Invítalos a pensar y actuar en la resolución de decisiones o problemas de la familia y los demás.

2) Promueve el diálogo en familia: a la hora de comer, mientras van en el coche, después de jugar algún videojuego, etc.

3) Procura fomentar un lenguaje rico en casa. Empieza por ti mismo. También evita que vean películas, juegos o programas cargados de malas palabras. Un mayor vocabulario ayudará a tus hijos a tener ideas más profundas y claras.


Invítalos a pensar sobre el pensar:

1) Plantéales preguntas como ¿Has pensado cómo es que recuerdas las cosas?¿Podríamos dejar de pensar del todo?¿Qué es lo que te hace pensar más?¿Por qué?


De las recomendaciones anteriores elige tres o cinco para empezar, inclúyelas en tu proyecto de educación familiar y empezarás a notar diferencias en tus hijos. Enseñarles a pensar les ayudará a ser mujeres y hombres con criterios e ideas claras a la hora de decidir qué ver y cómo asumir lo que ven en las pantallas.


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