IMITAN TODO LO QUE VEN, QUÉ HAGO: PARTE II Y QUE LO SEPA EL MUNDO… ¡LOS NIÑOS IMITAN LOS COMPORTAMIE

Alejandra, la tía de Pablo y Sofi, ya ha puesto en marcha nuestras recomendaciones anteriores. Decidió ver las novelas en horario de repetición y preparó algunas actividades para realizar con sus sobrinos. Notó que los niños dejaban de imitar lo que veían en la telenovela pero se dio cuenta que aún había un trabajo por hacer. Por eso te traemos un par de consejos más para que los pongas en práctica.
Presenta a los más pequeños de la casa historias con desenlace feliz: Esta afirmación podría parecer muy rosa, sin embargo, un estudio realizado por la Universidad de Toronto comprueba lo contrario. De acuerdo a los resultados obtenidos, a partir de una muestra de 268 niños de entre tres y siete años, una historia con moraleja que recompense al protagonista por su honestidad, es más eficaz para motivar a los más pequeños a ser sinceros que una historia que haga énfasis en las consecuencias negativas de la mentira. Los investigadores concluyeron que cuentos como Pinocho o Pedro y el Lobo no resultan tan eficaces para motivar a los niños a ser sinceros como George Washington y el cerezo, una historia en la que el personaje principal es conocido por su honestidad. Aun cuando no se han hecho estudios para comprobar qué ocurre con el resto de las virtudes, los académicos adelantan que este caso podría ser aplicado a los demás valores. Por tanto, procura compartir con tus niños y adolescentes películas, videojuegos, programas e historias con mensaje positivo.
Toma en cuenta la ropa y los disfraces que usan tus niños y adolescentes: De acuerdo a la investigación realizada por la profesora Karen Pine de la Universidad de Herfordshire (Reino Unido), la forma en la que nos vestimos afecta nuestros procesos mentales y percepciones, y puede ocasionar cambios en nuestra forma de pensar.
La investigadora y autora del libro Piensa en cómo te vistes: la Psicología de la moda, descubrió que usar ropa con motivos de superhéroes hacía que sus estudiantes tuviesen una mejor percepción de sí mismo y les ayudaba a sentirse más fuertes. Por otro lado, la profesora describe cómo las mujeres que presentaron un examen de matemáticas tuvieron mejores resultados cuando llevaban un suéter que cuando vestían un traje de baño.
En este sentido, el libro de la psicología ofrece una propuesta interesante que reúne las consecuencias cognitivas, sociales y emocionales de la ropa que usamos. De allí que sea importante estar atentos al modo en que se visten nuestros hijos y nosotros mismo. Si queremos reforzar comportamientos positivos debemos cuidar todos los detalles, incluso aquellos que parecen pasar desapercibidos.