¿Cómo cambiará la educación tras la pandemia?

A raíz del confinamiento por la pandemia, la tecnología ha sido el medio para continuar la educación escolarizada. Esto trae ventajas, retos y plantea un nuevo modelo educativo. Hay cambios que deberán incorporarse para proteger la salud y la calidad del aprendizaje.
Alfonso Aguiló Pastrana, Presidente de la Confederación Española de Centros de Enseñanza y especialista en educación, considera que la situación actual plantea el reto de proteger cuatro factores relevantes:
La salud
La educación
La conciliación familiar
La economía
Empantallados, una plataforma enfocada en la educación digital, ha realizado un estudio llamado “Impacto de las pantallas en la vida familiar durante el confinamiento”. En él, evalúa qué ha cambiado, qué se puede aprender y qué debería cambiar.
Las pantallas se han incorporado a la educación. Han funcionado para mantenerse en contacto y mantener el aprendizaje. Aunque el tiempo de uso ha aumentado, 59% de los entrevistados considera que están más unidos a sus hijos. Además, los padres consideran que han podido aprender cosas nuevas en familia.
Por ello, Alfonso Aguiló resalta cuatro ventajas del uso de la tecnología para el aprendizaje durante la pandemia:
Enseñar y aprender juntos. Los jóvenes pueden enseñar a los mayores cómo usar la tecnología y eso los une con las personas mayores.
Comentar las noticias y ejercitar sentido crítico. Comentar y analizar las noticias permite desarrollar la capacidad de identificar la información falsa o que busca manipular.
Encontrar ocasiones de ocio.
Asociar a la tecnología con el aprendizaje. Además de otros elementos positivos como la cultura, el estudio y la comunicación, en vez de verla como una fuente de contenido inapropiado o pérdida de tiempo.
Estos factores positivos pueden ayudar a mejorar la relación de jóvenes y adultos con la tecnología. Clases de música e incluso educación física se están dando a distancia y están funcionando. La solución en línea ahorra tiempo de traslado y plantea un nuevo modelo de convivencia.
De acuerdo con el experto, algunos aspectos a los que debe prestarse atención para procurar que la educación se adapte lo mejor posible a la nueva normalidad son:
Impulsar la autonomía y automotivación para organizar las propias tareas.
Colaboración entre profesores, familia y escuela.
Adaptar la enseñanza para que sea híbrida (presencial y en línea).
Encontrar nuevas formas de evaluar y calificar para motivar a los alumnos.
En México, la Secretaría de Educación Pública ha planteado un plan para el regreso a clases. En él, señala que el uso de cubrebocas será obligatorio, los recreos serán escalonados para que no salgan todos los alumnos al mismo tiempo; también quedarán suspendidas las ceremonias y reuniones y en caso de detectarse un caso de contagio, se cerrará la escuela. Eso resalta la relevancia de que los planes de estudio se creen considerando que todos los temas puedan enseñarse a distancia; es decir, desde un enfoque híbrido.
Las crisis ponen a prueba la capacidad de resistencia pues impulsan a realizar cambios en el modo de vida. Además, tiene un impacto psicológico y emocional y dicho impacto dependerá de la actitud con la que se afronte la situación.
La capacidad formativa de la escuela es que somete a los niños a una disciplina, al aprender a obedecer a otra persona, los jóvenes se preparan para obedecerse a sí mismos y por lo tanto ser libres.